Ataque de Honestidad

::: Este es el tipo de vainas de las que no pensaba hablar en blog, pero qué diantres, creo que mis recién estrenados 30 años ya hacen mella en mi de manera indetenible!

Esta mañana, yendo para la oficina, andaba escaso de sencillo, con un billete de Bs. 20.000 (futuros BsF.20,oo) en la cartera y, siendo el peatón irredento que soy, necesitaba cambiar ese billete en menores denominaciones para poder pagar el pasaje (pagarle a un por-puesto con 20 mil bolos a las 7:15am es como mentarle la madre). Total que en medio de esa vicisitud me acerqué a una lunchería que me quedaba en plena ruta y le pregunté a una señora de origen portugués y que regenta el negocio si me podía hacer el favor de cambiarme ese billete por dos de 10.000, por lo menos.

La señora se veía bastante atareada, sirviendo cafés y calentando unos pastelitos para otros clientes. Me medio respondió con un murmullo que yo asumí como un sí y, de hecho, esperé como dos minutos a que la señora se desocupara, billete en mano. Cuando finalmente la señora se acercó a mi, traía el cambio, el cual acepté dándole el fulano billete de 20.000. La señora se alejó rápidamente, creo que sin escuchar las gracias que le di, disponiéndose a atender a otros clientes quienes pedían unas arepas de esas como las que se come Depeco todos los días.

Cuando conté los billetes, eran dos de 10.000 y dos de 5.000 = Bs. 30.000. En ese momento se me pusieron las dos puertas del destino en frente:

1. ¿Actúo como el venezolano promedio y me voy por la derecha con esos 10.000 extra que no son míos pero que bien me sirven para pagar 12 pasajes más o para comerme unas dos o tres arepas de esas que se come Depeco todos los días?

2. ¿Me paso de pana con la señora que ya a tempranas horas del día está echándole piernas a su negocio y la llamo para devolverle sus 10.000 bolos, yéndome con el dinero con el que originalmente entré a la lunchería (o sea, con el maletín vacío, pero la frente muy en alto)?

Pues en fracciones de segundo me decidí por la opción #2 y fui hasta donde estaba la señora en cuestión y le enseñé el cambio que me había dado, devolviéndole sus 10 tablas.

La señora se me quedó viendo como quien ve a un unicornio azul, quizá preguntándose si todavía quedábamos venezolanos así. Y pues sí, haciendo un esfuercito sí habemos gente así todavía, que no quieren andar jodiendo a los demás a la más mínima oportunidad. Y por supuesto que hay gente a quien provoca joder, pero es de mi opinión que uno no tiene por qué andar con la malicia todo el tiempo por delante. Las actitudes contrarias a esta posición son las que nos tienen así como estamos (esté quien esté en la presidencia).

Total que mañana sacaré 10.000 más del cajero y aprovecharé para lanzarme mi arepita depequiana... :::